Muchas
veces tenemos la impresión que las cosas complicadas son las que
mejores resultado nos ofrecen. Recurrimos a la técnica que hace un
envuelto para parecer imprescindible, nos llenamos de envoltorios que
luego tenemos que desechar.
Por
eso el método floral choca con nuestra manera de pensar.
“Mi
método es tan sencillo que otros lo complicaran”, decía Edward
Bach. Siempre surgen personas que quieren superar a los maestros para
erigirse ellos mismos como tales. Son comportamientos humanos que
necesitan engordar su “ego”.
Las
flores nos ofrecen una ayuda silenciosa sin músicas estridentes o
envueltos innecesarios.
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