1.
Carencia de contraindicaciones.
Las flores de Bach pueden ser utilizadas tanto por bebés como
ancianos, mujeres embarazadas, y enfermos de todo tipo. También
pueden tratar animales y plantas.
2.
Carencia de efectos adversos o secundarios.
Contrariamente a lo que a veces se ha dicho, casi nunca agudizan
inicialmente los síntomas, ni puede hablarse de crisis curativas,
ya que la Medicina Floral no tiene nada en común ni con la alopatía
ni con la homeopatía. A veces, lo que ocurre es que las flores
hacen contactar con un determinado patrón, por lo que el paciente,
al centrar su atención en el tema, puede tener la impresión de que
sus síntomas se agravan. En ningún caso la toma de flores induce
secundarismos o efectos adversos. En algunas ocasiones se producen
movilizaciones energéticas que implican un cierto grado de
incomodidad, la cual viene dada por un reordenamiento de contenidos
emocionales, mentales o físicos, así como por la resistencia al
cambio de la personalidad. Esto no puede ser considerado un efecto
adverso o secundario. Como se ha visto, las flores de Bach operan en
todos los campos vibracionales de los seres vivientes. No se valen
de principios farmacocinéticos ni manipulaciones de laboratorio,
por lo que no comparten los riesgos de los medicamentos alopáticos
ni homeopáticos.
3.
Compatibilidad con cualquier tratamiento.
Al actuar a niveles más sutiles que la homeopatía y alopatía, la
Terapia Floral no se ve afectada por ellas. No es cierto que los
medicamentos alopáticos (ni siquiera los psicofármacos) disminuyan
el efecto de las esencias.
4.
Accesibilidad. Cualquier persona
medianamente sensible puede no sólo autodiagnosticarse sino
fabricar, si sabe distinguir bien las flores, sus propios remedios.
No hay aquí complejos procesos de laboratorio. El laboratorio, en
este caso, es la propia naturaleza. Para aprender el sistema no
hacen falta años de estudio.
5.
Bajo coste. Lo más caro de un
tratamiento floral es el precio del frasco gotero. Resulta
incalculable la cantidad de dinero que podría ahorrarse la
Seguridad Social si aplicara el sistema floral.
6.
Seguridad.
Existe una amplia experiencia (60 años) en su utilización,
además de una gran documentación sobre el tema, lo que convierte
las flores de Bach, en un sistema sólido y fiable.
7.
Acción a nivel energético sutil.
Como ya se indicó, las flores actúan a nivel energético profundo
(de forma vibracional), llegando a partir de aquí también a las
estructuras físicas.
8.
Actuación en la causa real de la
enfermedad. Las esencias poseen la potencia suficiente y
la información adecuada para actuar a los niveles causales de la
enfermedad, independientemente de la intención o formación del
terapeuta, lo que transforma la Terapia Floral en un sistema
prácticamente único en su género. Las flores modifican lo que
haya que modificar.
9.
Acción en todos los planos posibles.
Los remedios actúan en todos los planos de quien los toma. Por ello
actúan en transtornos de todo tipo, ya sean físicos, emocionales,
mentales o espirituales. La terapia floral puede considerarse por
tanto un tratamiento holístico, que contempla a la persona como un
todo integrado e interdependiente.
10.
Polarizadas a nivel evolutivo.
Las esencias florales, fueron elegidas y preparadas para la
evolución integral del ser humano, por lo que independientemente de
lo que estemos tratando, y cualquiera que sea la motivación de
quien las toma, las flores actúan repermeabilizando la conexión
Ser Superior/Personalidad. Esto tiene una serie de repercusiones
beneficiosas para quien las toma, no sólo en el aspecto mental,
físico y emocional, sino también en el espiritual.
11.
Selectividad de actuación. Sólo
actúan a nivel de la disarmonía, ya que cada esencia tiene un
patrón vibracional diferente, con una frecuencia que coincide con
el patrón negativo a corregir. De este modo, si damos una flor
equivocada, simplemente no actúa, con lo que se anula toda
posibilidad de perjudicar al paciente